Galactic Civilizations III

Galactic Civilizations III, para muchos Jugadores se trata de la Iteración Estrella de una de las Franquicias de Estrategia Espacial de Gran Envergadura más Interesantes de entre todas las que se pueden Encontrar Disponibles en el Mercado

Conquistando la inmensidad del espacio exterior

Es en verdad muy difícil comprender cuán vasto es el universo en el que estamos. Una cosa es decir que la distancia existente entre el planeta Tierra la Luna es diez veces el valor de la circunferencia de nuestro mundo, pero esa cifra es algo incomprensible. Ya es suficientemente difícil envolver nuestras pequeñas mentes en la noción de que la Tierra, nuestro hogar, es limitada, y mucho menos las ridículas distancias que hay entre cada una de las estrellas.

Partiendo de lo anterior, tenemos que Galactic Civilizations III entiende y maneja con total fluidez esas perspectivas dispares (tanto mundanas como humanas y astronómicas) para así poder crear un juego que logre llevar la pequeña lanzadera, el cuásar más poderoso y todos los misterios distantes que se encuentran entre una y otro visión coherente.

Características Principales

Aunque, como se puede sospechar nada más por el nombre, Galactic Civilizations III es un juego que, a pesar de estar claramente inspirado por la obra maestra seminal de Sid Meier, conocida a nivel mundial bajo el nombre de Civilization, opta por el cosmos como su escenario. Mientras que, algo en coincidencia con el alcance estelar, es la posibilidad de tener hasta un total de 128 jugadores adicionales.

Solo lo que anteriormente hemos descrito debería hacer que cualquier fan del género de los juegos de estrategia se detenga en seco. Para la mayoría de los lanzamientos de este tipo, tales títulos masivos se colapsarían en lo relativo a la microgestión, la construcción y el mantenimiento del imperio a un nivel general.

Sin embargo, la mayor fortaleza presenten en Galactic Civilization III es su propia capacidad para gestionar el impulso. El juego comienza de una forma muy acelerada, con todos los recursos suficientes al inicio para empezar a diseñar una estrategia de tipo básica. Eso significa que aquí no es necesario esperar a por tus primeros trabajadores; pues en lugar de ello, vas a poder comprar algunas naves coloniales, poner en marcha tu ejército o implementar algunos laboratorios de investigación para comenzar a producir doctores.

Después de eso, son un par de docenas más de vueltas antes de proceder a tomar tantas decisiones. Puedes usar ese tiempo de inactividad para asegurar lo que tienes a la mano y desarrollar tu propio territorio, diseñar algunos barcos personalizados o ajustar tu sistema de gobierno para que este se adapte mejor a tus objetivos más urgentes. Después de un tiempo, ya tendrás otra explosión provocada por una nueva tecnología, la cual permite a tus naves obtener un mayor alcance desde su planeta de origen. Aunque, también podría tratarse de una nueva pila de créditos para gastar en el desarrollo de la sobrealimentación.

De igual forma, Galactic Civilizations III sigue este patrón de equilibrio puntuado hasta el mismísimo final del juego, independientemente de la estrategia específica o condición de victoria que el jugador esté persiguiendo. En realidad, ayuda mucho a guiar y reforzar el infame juego de estilo «un turno más» que también suele aplicarse a los títulos de estrategia 4X, ya que nunca se sabe cuándo llegará la siguiente ráfaga.

Aunque, si bien es cierto que se puede encontrar algún recurso especial el cual, si se toca, podría permitir el acceso a un nuevo prototipo de hiperimpulsor. Eso, a su vez, puede llevar a sus colonos hasta el próximo sistema estelar, donde un nuevo planeta y nuevos recursos les estarán aguardando. Tan pronto como hayas logrado dominar lo que tienes y lo que sabes, te enfrentarás inmediatamente a una nueva serie de desafíos.

El ciclo de ráfaga-seguridad-desarrollo-explosión al mismo tiempo resuelve uno de los problemas más antiguos del género: los poderes militaristas. Al igual que suele ocurrir con cualquier juego 4X adecuado, Galactic Civilizations III cuenta con una variedad de condiciones de victoria. De modo que, puedes ser elegido el líder de la galaxia, puedes ascender a un nuevo plano de existencia, o hasta puedes hacer rodar a tus oponentes con las naves más grandes y malas. Pero, la advertencia aquí es que es raro encontrar a alguien cuyas máquinas de guerra superen por completo a las tuyas. La expansión requiere una gran inversión en lo referente a la ingeniería y las cadenas de suministro.

Por otro lado, el simple hecho de respaldar a los dreadnoughts lejos de cualquier planeta habitable requiere de las cadenas de bases estelares, o bien, sistemas avanzados de soporte vital, los cuales pueden quitarle algunos recursos a una campaña militar masiva. Además, las victorias de carácter militar todavía son posibles, pero el bloqueo de grandes pedazos del mapa a las personas con la tecnología más avanzada, o aquellos que pueden encadenar líneas de suministro, evita que la diversión de cualquier persona finalice prematuramente o sin la debida advertencia.

Al crear el ciclo anterior, Galactic Civilizations III fomenta el pensamiento cuidadoso y dirigido. Siempre desea tener el control de su próximo donativo, listo para aprovechar el siguiente paso, sin importar a dónde lo lleve. El pensamiento y la inversión son debidamente recompensados. Cuando colonice un nuevo planeta, el orden y la ubicación de los edificios y proyectos que emprenda determinarán su eficacia. De modo que, colocar fábricas adyacentes a una refinería aumentará considerablemente su producción. Los centros de turismo más próximos a los puertos producirán dividendos. Aunque, no se trata de hacer todo lo posible, sino del decantarse más por el uso eficiente del espacio que tienes a tu disposición.

La producción de nuevas naves y bases estelares también está desacoplada de las mejoras a nivel planetario. En lugar de ello, puedes asignar varios planetas para apoyar a un astillero. Cualquier producción de fabricación dedicada al desarrollo militar estará destinada a la construcción de nuevos tipos de armamento. Las naves de colonia y los transportes de tropas para invasiones también expulsarán a la población de los planetas que contribuyen.

Esto también enfatiza el ritmo cíclico. Aunque, lo cierto es que enganchar algunos planetas a un dique seco no te dará mucho dinero hasta que hayan sido construidos con fábricas apropiadas, academias y demás. Pero con el pasar de unos pocos turnos, tendrás una mega fábrica que puede convertir a los cruceros de batalla con facilidad, y entonces estarás listo para llevar a cabo tu próxima expansión.

Si parece que ponemos mucho énfasis en ese bucle, se supone que esto es porque Galactic Civilizations III te obliga a verlo a través de esa lente estrecha. Lo anterior es algo extraño, de hecho, en gran parte porque consiste en un juego sobre la grandeza de la guerra galáctica, sobre los confines más lejanos de las estrellas, y aún así, se reduce a una larga serie de pasos manejables. Cuando comienzas una ronda, el espacio, como lo hace aquí en el mundo, es incomprensiblemente vasto.

En lugar de dejar que tus primeros exploradores deambulen por los extremos del mapa, aquí te dan una pequeña área de inicio. Esto, dice el juego, es todo a lo que puedes llegar. Cuando hayas conquistado o al menos explorado ese sector en concreto, se te confiará más. Estos pasos nos ayudaron a desarrollar las relaciones, incluso recuerdos, con cada área nueva. Recordamos entonces las regiones que vimos luego de desarrollar nuestros primeros prototipos de unidades warp o cuando construimos una estación espacial profunda para poder ver lo que había al otro lado de un agujero negro. Es extraño, pero es sentimental.

Ya hacia el final de nuestra primera experiencia de juego, recordamos el mapa todo el camino, asombrados por lo lejos que había logrado llegar nuestra gente. Lo anterior, fue claramente una sensación muy especial, una que hemos llegado a apreciar bastante, porque nos hemos dado cuenta de que es una que ningún otro juego ha sido capaz de ofrecernos. Ni siquiera Civilization nos de Sid Meier acercó tanto al progreso de nuestro imperio sin permitirnos perdernos en inmensidad de todo.

Hemos de atribuir aquello, al menos en cierta medida, al hecho de que Galactic Civilizations III no solo te permite crear tu propia especie alienígena y su tecnología, sino que también te incentiva a hacerlo. No importa la raza que elijas o la que crees, tendrás algunas naves básicas para elegir. Cada uno está ahí para cumplir un rol determinado, pero no obtendrás nada particularmente especial allí. Aunque, si deseas tomar los esquemas del último y más grande lanzador de misiles antimateria y utilizarlos para un buque de carga vulnerable, puedes hacerlo.

Igualmente, puedes hacer que un mega portador tenga docenas de drones de asalto que puedan atravesar cualquier tipo de defensa. Estas creaciones generalmente costarán un poco más que la tarifa habitual en el juego, pero el grado de control que se tenga sobre ellas vale mucho la pena el tiempo y el dinero invertido, especialmente cuando estas se combinan con una estrategia bien diseñada que juega con los puntos fuertes de una carrera hecha a la medida. Relaciona la micro y la macroadministración de una manera que te empuje a ganar con tus propias creaciones e ideas propias.

No obstante, ahí es precisamente donde Galactic Civilizations III comienza a derrumbarse. Al igual que se espera que los juegos pertenecientes a la serie The Elder Scrolls tengan muchos errores porque son muy abiertos, Galactic Civilizations III presenta muchas asperezas en su interior. Nosotros pudimos jugar una versión final del juego, y lo cierto es que todavía quedaban algunas texturas faltantes, fallas técnicas gráficas muy extrañas, una banda sonora mal editada y una descripción de tecnología faltante. Todos eran problemas cosméticos viéndolos más de cerca, pero eran lo suficientemente comunes como para distraer.

Por otra parte, los problemas más grandes provienen de cuán poco refinadas son algunas de las características auxiliares. Una de las mayores adiciones lo constituye el sistema de ideología. A medida que se toman decisiones sobre cómo evoluciona la forma de su civilización, el jugador acumulará puntos en Benevolencia, Pragmatismo o Malevolencia. Esto pretende ser un sistema de moralidad, pero en la práctica, sus efectos son sueltos e intangibles.

En relación a ello, elegir un nuevo paso en uno de los tres árboles generalmente le otorgará una bonificación de una sola vez, pero estas no son para nada sustanciales y menos aún representan el estilo de juego. Durante nuestra segunda experiencia, fuimos implacables y en consecuencia declaramos la guerra a todos, pero pudimos mantener una fachada de altruismo escogiendo ciertas opciones de diálogo. Pero, como método para encarnar el tipo de civilización que uno desea ser, el sistema de Ideología no funciona.

Al ser tomadas en conjunto, las fallas presentes en esta tercera entrega de Galactic Civilizations son menores. Para la mayoría de los juegos, algunas piezas importantes que no encajan muy bien serían una clara sentencia de muerte. Por ello, Galactic Civilizations III mantiene su enfoque justo donde lo necesita, en excelentes fundamentos. Además, el ritmo progresivo hace que la enormidad del espacio sea bastante amena y paradójicamente personal, mientras que la gran cantidad y variedad de herramientas y opciones a su disposición le permiten tener éxito y ganar si es posible superar a los demás.