Caesar III (PC)

Caesar III, Una de las Entregas más Destacadas de la Famosa Serie de Construcción de Ciudades Conocida como Caesar, Desarrollada en Conjunto por Impression Games y los Veteranos de Sierra Entertainment

Al César lo que es del César

Dentro y alrededor del sur del continente europeo, en algún momento entre los años 27 aC y 476 dC, el gran imperio romano estuvo de moda y las pasarelas de alta costura de Milán gemían bajo el formidable peso del elegante bronceado, los pliegues de cuero y los lujosos accesorios para cabeza. Todos ellos creados a partir del lobo ártico, siendo importados directamente de los Sajones. Pero, por supuesto, no todo en aquella lejana época era ostentación, glamour y crucifixiones por doquier.

En relación a ello, alguien debía darse a la tarea de construir las carreteras y negociar una serie de acuerdos comerciales, quemar los barrios repletos de plagas y hacer otras cosas monótonas que todo el mundo ya daba por hecho. Y ahí es precisamente donde entramos nosotros, asumiendo el rol del ilustre Gobernador Fabuloso Máximo, quien se supone debe cuidar de la ciudad y en ocasiones hacer la guerra.

De modo que, el día de hoy nos fijamos en un título vintage centrado en la construcción de ciudades, el cual fue introducido en el mercado bajo el nombre de “Caesar III”, desarrollado por Impressions Games hace algunos años en 1998. En realidad, el juego en cuestión es un poco similar a los títulos de la serie “Sim City”, pero es mucho más creativo y divertido que cualquiera de ellos; sin mencionar que se inspira en todo lo relacionado a la antigua Roma.

Características Principales

“Todos los caminos conducen a Roma”, es así como dice el famoso dicho, lo cual también es algo así como una especie de descripción de lo que es “Caesar III”. Pues, ya sea que se elija una carrera militar o decidamos tomar el control de las provincias más pacíficas del imperio, con el tiempo pasaremos al rango de Emperador, y a partir de allí se espera que seamos capaces de administrar todos y cada uno de los aspectos de una metrópoli bulliciosa.

El juego fue lanzado por primera vez en el año 1998 por la gente de Impressions Games, una compañía británica fundada en su momento por David Lester, la cual se especializa en el desarrollo de juegos históricos y particularmente en series de construcción de ciudades, tales como Faraón, Maestro del Olimpo o Emperador: Alzamiento del Reino Medio. Por lo que, tal y como el nombre del juego parece indicarnos, Caesar III sigue la misma línea de los juegos anteriores. Pero, debido a sus propios avances, no solo a nivel visual, a menudo se le considera como un título único en sí mismo.

De igual manera, en Caesar III, el trabajo del jugador consiste en construir y administrar una ciudad de carácter imperial. Es como algo entre SimCity y, por ejemplo, The Settlers. Hay un montón de «Construir esto por aquí» y «Llevar esto para allá» y «¿Por qué no está funcionando esta maldita fuente, si está justo al lado de un embalse?». Por supuesto, Roma no se construyó en solo un día, y tampoco es nada de esto; de hecho, todo tiene una tendencia desalentadora a colapsar en grandes montones de escombros justo cuando estamos llegando a algún lado. Ingenieros estúpidos. Prefectos estúpidos. Dioses estúpidos.

El juego se basa totalmente en el escenario, estableciendo cualquiera de una serie de objetivos específicos para el jugador, tales como llegar a X población y servilmente congraciarse con el favor de Y Caesar. Una vez que pasamos por diferentes las etapas del tutorial, vamos a tener la opción de elegir entre dos áreas en cada escenario posterior, y una de ellas suele enfrentar más hostilidad extranjera e involucra un cierto grado de inversión a nivel militar.

Aunque, también es aquí donde el juego no funciona en absoluto, ya que se trata simplemente de construir un grupo de cuarteles y algunas torres de vigilancia, y luego hacer clic de forma frenética en unidades enemigas hasta que estas sean salsa de tomate. En cualquier otro lugar, el título en cuestión se juega muy bien, pero ocasionalmente de una manera que puede resultar ser algo frustrante. Mientras que, una de las cosas más importantes a considerar es la colocación de los caminos e intersecciones entre los hogares e industrias, para facilitar el movimiento de las personas entre estos.

Lo anterior, se debe a que, por alguna razón desconocida, la inteligencia artificial del juego es tan atroz que los ciudadanos tomarán las rutas más extraordinarias entre los lugares existentes, y continuarán haciéndolo, independientemente de la cantidad de atajos que pongamos en su camino o de lo mucho que les insultemos. Además, mantener un equilibrio feliz entre nuestra población actual y la que ingresa con la cantidad de trabajos disponibles, junto con el suministro de alimentos también es extremadamente desalentador, incluso al principio. Por lo que, esperemos a ver una población de 580 con inmersión a 320, solo porque un granero cayó y murió, o bien, porque el chico que llevaba la comida decidió irse a probar suerte en Noruega. Ah, y si no estamos construyendo templos para cada dios en cada una de las esquinas, esperemos ser azotados por varias catástrofes. Muy frecuentemente.

En concordancia, aquí jugamos como el gobernador del Imperio Romano, bajo el régimen de Julio César, construyendo ciudades en nuestras tierras conquistadas. El juego se basa en misiones, con un Modo Campaña y un Modo de Libre que nos permite construir en un área bastante amplia. El Modo Campaña tiene ciertos objetivos que se deben hacer para poder tener acceso al siguiente nivel, mientras que en el Modo Libre no hay ningún tipo de objetivos que cumplir. Por lo que, lo objetivos del Modo Principal incluyen elevar nuestra calificación de favor, población, prosperidad, cultura y paz.

La población se ve afectada por el número de personas que viven en la ciudad y la prosperidad se ve afectada por el uso anual de dinero y la calidad de la vivienda. Mientras que, la cultura se ve afectada por el número de edificios culturales construidos, la paz se ve afectada por el número de años cuando la ciudad no es atacada por las tropas enemigas y el favor se ve afectado por la forma en que le gusta a la gente de Roma y al César.

Además, el Modo Campaña de este título también viene con una serie de tutoriales en las primeras misiones, y después del nivel 2 será posible elegir entre jugar una ciudad más pacífica con mayores objetivos, o bien, una ciudad militar con objetivos menores que cumplir. Pero, habrá más ataques que momentos de paz y nuestra ciudad será aún más productiva de lo habitual.

Por otro lado, el objetivo principal para progresar en un nivel consiste en actualizar las casas para que estas tengan una mayor capacidad y mejoren la calificación de prosperidad. Mejores hogares equivalen a una población mucho más feliz. Aunque, las casas no se desarrollarán si están cerca de un edificio poco atractivo, tales como una granja o un taller. Además, la actualización de una casa se puede hacer al asegurarnos de que la misma es capaz de satisfacer las necesidades de sus ocupantes. Entre ellas, podemos citar el acceso a la educación, la religión, el agua, la atención médica, el entretenimiento y los recursos como la cerámica, los alimentos, los muebles y otros.

Lo anterior, será muy difícil porque garantizar el acceso a los servicios debe ser algo constante y eso puede convertirse en algo bastante complicado. Mientras que, en otros juegos de construcción de ciudades, los edificios que brindan servicios, tales como teatros, escuelas, bibliotecas, hospitales y otros tienen distintos rangos. Además, todos los edificios englobados en un rango determinado tienen el servicio de ese edificio en particular.

Igualmente, en Caesar III los edificios del gobierno, la educación y el entretenimiento engendran a un ciudadano de vez en cuando el cual es llamado caminante. Por lo que, ese caminante se moviliza al azar en la carretera y cuando pasa a una casa proporcionará acceso a su edificio de servicio designado. Aparte de que, también proporcionará algunos bienes, pero siempre dependiendo de donde haya sido generado el caminante.

Por su parte, los edificios abastecedores de agua tienen un rango como en la mayoría de los juegos de construcción de ciudades disponibles en el mercado y los edificios de producción también cuentan con un andador. Pero, siempre se entregan los productos donde sea necesario, como en almacenes y otros edificios de producción que lo procesan aún más si se trata de una materia prima. Aunque, la parte más difícil es que cuando las personas cruzan una intersección van en una dirección aleatoria y no hacia donde uno quiere que vayan.

Así que, conviene planificar las carreteras muy cuidadosamente, con pocas intersecciones como nos sea posible para asegurarnos de que la gente vaya exactamente a donde queremos. De modo que, un mejor control de nuestras rutas garantiza un mejor control de la ciudad. Mientras que, los objetivos de población, cultura y paz se llevan a cabo de forma pasiva a medida que se mejoran las viviendas.

Además, el favor con Roma se incrementa al tratar directamente con las demandas del César, tales como diferentes cantidades de bienes o enviando sus propias tropas a la ciudad para ayudarnos cuando sea necesario. Finalmente, la calificación de prosperidad se ve afectada por la calidad de las casas y el beneficio anual de nuestra ciudad.

Por otra parte, el juego realmente brilla mucho en misiones pacíficas centrándose más en la construcción de la ciudad, pero también hay misiones militares que son básicamente lo mismo, solo que hay más ataques. De modo que, las ciudades pueden defenderse instruyendo a una legión que marche hacia el enemigo para luchar contra sus unidades. Estos combates pueden parecer muy interesantes, pero lo cierto es que no lo son. Cuando los ataques del enemigo son más como una interrupción del juego real, también los fuertes para entrenar a las tropas son caros y las armas son en suma bastante difíciles de producir.

Asimismo, existen 3 tipos de unidades militares en este juego para ordenador: legionarios, lanzadores de jabalina y tropas montadas, cada una de ellas con una formación muy diferente para elegir, pero no vimos ninguna diferencia entre ellas durante el transcurso de la batalla. Además, no hay ninguna estrategia involucrada en el combate, ya que solo es cuestión de mover nuestras unidades para atacar antes de que el enemigo se mude a nuestra ciudad. Aunque, aparte de complacer a la gente, también debemos complacer a los dioses. Por lo que, hay un total de cinco deidades presentes en el juego (Ceres, Neptuno, Mercurio, Marte y Venus) y estos dioses deben ser complacidos de forma adecuada o de lo contrario pueden maldecir nuestra ciudad.

Sin embargo, podemos facilitar mucho las cosas deshabilitando los efectos de los dioses en la página de opciones. De modo que, los dioses también pueden otorgarnos bonos si son realmente felices, pero para nosotros estos han sido entidades más maldicientes que milagrosas. Además, los dioses romanos también necesitan estar contentos en la misma medida o se pondrán celosos, y entonces será cuestión de tiempo antes de que un dios celoso se moleste con nosotros y las maldiciones comiencen a llegar. Por lo tanto, cuando queramos construir un templo, es necesario construir cinco templos, siendo cada uno para cada dios.

Pero, lo que encontramos muy diferente sobre el juego es que nuestra ciudad necesita estar en constante vigilancia para poder garantizar que nada vaya mal, a diferencia de otros títulos enfocados en la construcción de ciudades tales como Sim-City, Cities XL o incluso Caesar IV, el cual no fue desarrollado por la gente de Sierra Entertainment. De modo que, el juego en cuestión puede ser muy duro y tedioso, pero puede resultar divertido una vez que comprendamos bien cómo funciona. En realidad, se lo recomendaríamos muy especialmente a alguien que sea fanático de los títulos enfocados en la construcción de urbanismos o que sea simplemente curioso.

En resumidas cuentas, Caesar III es una verdadera lección sobre la inutilidad de la planificación central, ya que el juego en sí ni siquiera intenta tratar a la población como seres humanos racionales con deseos cambiantes. Estos no son más que autómatas robóticos, los cuales podemos controlar a nuestro antojo. Mientras que, la dificultad del mismo proviene de la distribución de alimentos, agua, educación, salud, religión, leyes y todo tipo de bienes de consumo (cerámica, muebles, entre otros).

Pero, a pesar de las condiciones inmutables, la imposibilidad de una planificación racional hace que este sea un juego bastante difícil, y especialmente frustrante para muchas personas. Por lo que, incluso con una planificación central tan brillante, fuimos incapaces de satisfacer todos los deseos de nuestros plebeyos. Mientras que, un descubrimiento revelador fue que las personas actualizan sus propias viviendas, en respuesta a lo bien que el planificador les brinda sus necesidades. Es decir, nosotros no actualizamos las casas: ellos mismos lo hacen.

Lo anterior, fácilmente podría ser la única huella de individualidad que permite Caesar III. Aunque, fue bien descubierto porque, al menos de forma implícita, se reconoce la verdad de que la riqueza económica solo puede ser creada por individuos que persiguen fines racionales. Por lo que, podemos proporcionarles a ellos los bienes necesarios, pero si la población decide vivir en la miseria, no hay mucho que se pueda hacer al respecto.

Poco antes de que el juego fuese introducido en el mercado, la gente de Sierra Entertainment puso un editor a disposición de los jugadores a través de su sitio web. Este permite crear escenarios personalizados a partir de más de veinte ciudades, y elegir la identidad de los invasores (incluyendo a los hunos, seléucidas, macedonios y judíos), los edificios a disposición del jugador y todo lo que aparecería en el mapa de juego originalmente.

En definitiva, se trata de un título en verdad imprescindible, el cual se recomienda muy especialmente para los jugadores más pacientes o jugadores más orientados hacia los elementos estratégicos en los juegos para ordenador. Por lo que, les tomará algún tiempo completarlo en su totalidad, ya que hay una gran cantidad de elementos que afectan a su ciudad y, en última instancia, la convierten en un éxito o un fracaso. Pero, a medida que uno se sumerge en el entorno del juego, descubre que este es un título bastante adictivo, y eventualmente experimentaremos la satisfacción de administrar una metrópolis completamente desarrollada.

Apartado Gráfico

Ahora bien, en lo que respecta a las gráficas de este juego, Caesar III es muy agradable a la vista. Los colores son demasiado vibrantes, y los entornos fueron dibujados maravillosamente. Mientras que, la animación de los ciudadanos es una mejora dramática sobre la de Caesar II, y por lo tanto, estos se moverán por las calles de nuestra ciudad, realizando siempre su rutina diaria. Aunque, también hay manadas de animales que habitan en nuestro territorio, las cuales veremos vagando de vez en cuando por la ciudad. Aparte de que, los ríos fluyen, y su dirección puede ser determinada por los restos.

En este mismo sentido, los edificios mismos son increíblemente detallados, y ver una pantalla llena de edificios en una ciudad próspera es un verdadero espectáculo para la vista. Aunque, también hay clips de FMV que se reproducirán entre las asignaciones y durante los créditos de apertura y finalización. Por lo que, estos son tan coloridos como los mapas de estrategia, pero son tan realistas como cabría esperar en un juego especialmente diseñado para Windows 98.

Apartado Sonoro

Ya por último, y en lo concerniente al apartado sonoro, tenemos que la música de fondo de Caesar III es sencillamente fenomenal, ya que comienza siendo muy serena y templada. Pero, a medida que nuestra ciudad vaya creciendo, la música cambiará para reflejar varios hitos de la población. Por lo que, cada nueva iteración se vuelve más grandiosa que la anterior. Realmente se siente como nos llegan las ondas de la magnificencia romana antigua, mientras escuchamos algunas de las piezas musicales más orquestales.

Aunque, Caesar III también viene con algunos sonidos de ambiente. Por lo que, es posible escuchar vientos arrolladores, el crujir de árboles, el balbucear del agua y, por supuesto, los sonidos de nuestra ciudad. Estos sonidos cambian en función de nuestro punto de vista. Si nos desplazamos lejos de nuestra ciudad, recibiremos más sonidos ambientales. Pero, si estamos ubicados directamente en la parte superior de ella (donde se supone que deberíamos estar la mayor parte del tiempo), vamos a poder escuchar gente bulliciosa, niños jugando, audiencias aplaudiendo e industrias florecientes.

Sin embargo, también hay un poco de voz involucrada. De modo que, durante las instrucciones de nuestro escenario, el César, u ocasionalmente nuestro Procónsul, nos informará sobre la misión encomendada y sobre qué debemos buscar. Además, cuando hagamos clic con el botón derecho sobre uno de nuestros ciudadanos, el juego se detendrá, apareciendo un cuadro de texto y este comunicará con nosotros a través de él. Dando así una serie de comentarios que reflejan el estado actual de las cosas en la ciudad. Aparte de que, también hay una buena mezcla de voces. Pero, no hay una sola voz femenina para todos los personajes femeninos ni una sola voz masculina para todos los personajes masculinos. Aunque, la cantidad real de actores de voz utilizados para el juego sigue siendo un misterio.

Finalmente, aquellos que no deseen participar de la actuación de voz, estarán felices de saber que también se reciben instrucciones escritas para cada situación. Por lo que, estas son siempre muy detalladas y, a menudo contienen tutoriales que presentan un nuevo concepto que no se ha utilizado en escenarios anteriores. Así que, hacer clic derecho en un edificio nos dará una breve descripción del mismo, junto con la información pertinente, tales como la cantidad de empleados que actualmente trabajan allí. Aunque, también hay un símbolo de interrogación que muestra una función de ayuda.

Dentro de dicha función, igualmente se puede tener acceso a un pequeño archivo de datos, el cual nos informará mucho más sobre la estructura e importancia de cada cosa en el Imperio Romano. Pero, debemos tener en cuenta que existe una cláusula de exención de responsabilidad en el juego, la cual establece que esta base de datos no debe utilizarse como una herramienta educativa.