Caesar IV (PC)

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Caesar IV, La Entrega más Moderna de una de las Mejores Franquicias Basadas en la Construcción de Ciudades Antiguas, Portadora de una Gran Serie de Mejoras Considerables tales como un Motor en Tres Dimensiones y Modelado Individual para el Comportamiento de los Personajes

Ave César

En términos de juegos diseñados para funcionar en los ordenadores caseros basados en Windows, podemos decir que la serie mundialmente conocida bajo el nombre de Caesar ha logrado demostrar ser tan duradera como la propia Roma. En realidad, muy pocas series de videojuegos para computadora son lo suficientemente buenas como para tener un «IV» seguido de su nombre. Pero, lo anterior también quiere decir que la última versión del juego tiene muchas cosas por cumplir. Por lo que, ¿Esta última entrega de la serie es una para recordar en las edades o en su lugar representa el colapso de un gran imperio?

Características Principales

Antes de proceder a responder dicha pregunta, creemos que es necesario mencionar los conceptos más básicos del juego. Esto será de gran ayuda para aquellos usuarios que son relativamente nuevos en los juegos de la gran serie Caesar, y considerando cuánto tiempo ha pasado desde la introducción al mercado de la entrega Caesar III, probablemente son muchas personas las que no saben nada sobre la franquicia. De modo que, la cuarta entrega de Caesar pone a los jugadores en el papel de un oficial romano, el cual se supone está a cargo de construir y hacer crecer una nueva ciudad para el mejoramiento de Roma.

En relación a ello, el imperio a nivel general suele ser bastante exigente en lo que respecta a los impuestos, tributos y productos manufacturados. Y si nuestra ciudad no cumple con ninguna las anteriores demandas, podríamos encontrarnos rápidamente degradados al lecho de los leones. Por lo que, para poder construir una ciudad realmente próspera necesitaremos equilibrar las necesidades de nuestros ciudadanos con las del imperio.

Además, aquí vamos a tener que llevar a cabo la creación de diversas cadenas de suministro y fabricación, la cuales tomarán los recursos brutos, los procesarán y luego los convertirán en productos terminados. Pero, al mismo tiempo tendremos que proporcionar a toda nuestra gente una vida lo más cómoda posible, y asegurarnos de que sus necesidades estén siempre satisfechas para que no tengan que mudarse de nuestra ciudad.

Llegados a este punto, es necesario aclarar que la presente revisión proporcionará tan solo dos perspectivas: la de usuario que se sumerge por primera vez en un juego la serie, y la de uno que es veterano de las versiones anteriormente publicadas. Así que comenzaremos con el punto de vista inicial y luego elaboraremos mucho más, para aquellos que ya hayan tenido el placer de experimentar los juegos anteriores de la franquicia. Partiremos entonces con una breve introducción del juego en sí. Caesar IV es un título de estrategia especialmente diseñado para los ordenadores caseros en el que el jugador comienza a jugar asumiendo el rol de un gobernador novato, el cual se encuentra al servicio del emperador.

En este mismo sentido, el juego comienza con el jugador recibiendo la orden de desarrollar una ciudad, directamente desde lo que comienza siendo un simple tramo de tierra. Por lo que, el propósito del emplazamiento a construir ya está predeterminado, y parte del requerimiento consiste en tener éxito en la tarea designada. Esto bien puede ser simplemente para proporcionar madera o fabricar armas para el uso de Roma. Aunque, también puede consistir en establecer un límite fronterizo o un centro económico, cuya función consista en expandir aún más la influencia del otrora gran imperio Romano.

Cualquiera que sea el requisito a cumplir, el jugador deberá usar una amplia variedad de herramientas, activos y funciones para poder alcanzar dicho objetivo. Ah, pero esto no es algo tan fácil de realizar, ya que la ciudad debe estar totalmente poblada por ciudadanos romanos, los cuales deben ser atraídos por la perspectiva de empleo y la disponibilidad de una amplia variedad de productos y servicios, que los habitantes de Roma esperan obtener de su propia cultura.

Mientras que, todo esto debe lograrse con una cantidad de recursos muy limitada, y dentro de las barreras de un sistema económico estrictamente controlado. Incluyendo la exigencia de impuestos y la fijación de los salarios, junto con la satisfacción de las diversas demandas realizadas de manera frecuentemente por el propio emperador.

Por otro lado, el juego en cuestión comienza con un mapa desde el cual se pueden recolectar o extraer varias materias primas. A partir de ellas, los artículos pueden ser fabricados en las tiendas o fábricas. Además, los ciudadanos pueden adquirir estos bienes, o los mismos pueden ser vendidos a las ciudades vecinas a través de un sistema de comercio finamente ajustado. El jugador comienza simplemente con un camino que conduce a Roma. Por lo que, la idea consiste en construir una serie de viviendas e infraestructura para apoyar a toda una población.

Lo anterior, incluye una combinación de departamento de defensa y departamento de bomberos, a través de prefecturas, baños, mercados, clínicas y escuelas. Todo esto es, en esencia, la amplia variedad de servicios que uno espera encontrar incluso en un centro urbano de nuestros días. Mientras que, todos estos requieren de algunos empleados, y este mismo personal consiste en los ciudadanos a los que el jugador puede atraer a la ciudad utilizando su diseño o ingeniería, y lo atractivo que esta podría ser. Aparte de que, Caesar IV parte de un llamativo diseño gráfico con una notoria falta de características, tales como bordes irregulares dentro del propio paisaje.

Igualmente, la transición suave de sus cielos siempre cambiantes a sus pastizales y bosques representan un logro bastante notable en sí mismos. Además, los colores son en verdad dramáticos, deliciosos y muy satisfactorios a la hora de contemplar. De modo que, los desarrolladores del juego han creado a nivel artístico una atmósfera en constante cambio, la cual abarca desde días soleados a noches de luna. Con esta última montada en lo más alto de un cielo estrellado, al tiempo que se refleja de manera hipnótica en todos los lagos y arroyos.

Aparte de que, las lluvias repentinas también caen, en ocasiones durante varios días, creando así una bruma encantadora que resulta ser muy agradable a la vista. Haciendo a su vez que el desarrollo de una ciudad sea algo bastante difícil, ya que llovería bajo las circunstancias reales. Esto por sí solo hace que valga la pena el precio de compra de este título. Pero, lo cierto es que la cosa no se detiene allí.

El mapa se puede mover en base a varias vistas de «cámara». Por lo que, se puede rotar en un panorama de 360 ​​grados, puede ser visto desde un ángulo horizontal de «paisaje» y desde una vista aérea de pájaro. Todo ello, incluyendo la impresionante función de zoom, la cual se puede obtener mediante el uso del mouse conectado al sistema. Mientras que, las representaciones de los diversos edificios que el jugador puede colocar en el mapa son históricamente precisas y, lo que es más, dichos edificios no tienden a permanecer estáticos.

A medida que la ciudad evoluciona y va aumentando de valor (el cual por cierto es llamado «deseabilidad» dentro del juego), los edificios mismos tienden a evolucionar y se convierten en versiones cada vez más sofisticadas de la misma estructura de partida rudimentaria. Esto es más que atractivo, debido a que realmente sirve para un propósito específico. Por lo que, la evolución de las estructuras presentes en la ciudad constituye un marcador realmente significativo de lo bien que ha estado desempeñándose el jugador. Mientras que, cada vivienda debe contar con el respaldo de una serie de comodidades, siempre con la intención de asegurar que la habitabilidad del domicilio sea adecuada para poder «vivir bien«.

Asimismo, los mercados deben estar al alcance de los habitantes y estos se ofrecen en tres variedades distintas. Aunque, también se debe colocar una fuente de agua convenientemente. Mientras que, las escuelas, los teatros, las bibliotecas y una serie de otros servicios deben organizarse con mucho cuidado para satisfacer las necesidades de los ciudadanos. Pues, sin la presencia de ellos, los ciudadanos simplemente no vendrán a vivir allí.

Pero, a pesar de que al principio parecen ser bastante indulgentes, a medida que aumenta nuestra prosperidad, también lo irán haciendo nuestras expectativas. Si estas no se llegan a cumplir, el gobernador de la ciudad podría enfrentarse a una serie de calamidades, la cuales van desde epidemias hasta brotes de crímenes e incluso algunos disturbios.

Este es el núcleo de jugar Caesar, y el desafío del diseñador de la ciudad. Todo ello se logra con un presupuesto bastante limitado, por lo que el comercio y la imposición de las ventas y la tierra deben generar las suficientes ganancias para que el jugador se haga con la victoria. De modo que, los ciudadanos infelices se negarán a pagar sus impuestos. Mientras que, los ciudadanos que se mudan “en masa” de una ciudad, dejan tras de sí una infraestructura que todavía requiere de una suma monetaria para poder seguir operando con regularidad.

Lo anterior, bien podría ser desastroso y llevar directamente a una pérdida total del juego, lo que hace que el gobernador se levante en una posición bastante complicada. Aunque, si todas estas cosas se lograran mediante un juego ingenioso e inteligente, el gobernador será relevado de su deber en esta ciudad y se le ofrecerá otro desafío en un rango superior. Eventualmente, la meta del jugador es llegar a ser tan exitoso que el papel de emperador termine siendo la única promoción restante; una susceptible de ser aceptada con mucho gusto.

Mientras que, los escenarios siguientes se van ejecutando a lo largo de dos líneas generales; ya sea económica o militar. Por lo que, es posible crear legiones enteras de soldados romanos. Algunas de las áreas que requieren el gobierno se encuentran ubicadas en tierras hostiles, y al mismo tiempo están sujetas a cualquier tipo de ataques.

En concordancia, es muy fácil y al mismo tiempo frustrante encontrar una creación duramente combatida siendo quemada por una banda itinerante de galos u otros bárbaros. Por lo que, esto agrega una característica de combate al juego que permite (o requiere) que el jugador comande un ejército para defender la ciudad. Aunque, en el peor de los casos, el emperador puede estar tan insatisfecho con un gobernador que será capaz de enviar a una legión completa con la orden de llevarlo bajo arresto. De modo que, es muy posible que un jugador encuentre que luchar contra Roma es un requisito indispensable para sobrevivir.

De igual manera, Caesar IV es una variedad completa y está tan bien diseñado en una red entrelazada de variables, la cuales determinan el éxito o el fracaso. Es difícil intentar elegir un favorito y tratar de enumerarlos requeriría un libro en lugar de un simple artículo. Aunque, haremos todo lo posible para mencionar algunos de los que fueron especialmente atractivos. Las calles, por ejemplo, están llenas de la actividad de los ciudadanos que hacen sus negocios. Por lo que, estas no son solo actividades de carácter aleatorio, sino que tienen una interconexión específica con la construcción de la ciudad.

En este mismo sentido, hay comerciantes yendo y viniendo del trabajo. Por lo que, está el recaudador de impuestos dando vueltas, y los prefectos patrullando la ciudad en busca de incendios y asegurándola de la delincuencia. Si se produce un incendio, estos prefectos corren a la escena y proceden a apagarlo. Además, todos estos personajes pueden ser consultados por el jugador para obtener comentarios sobre la calidad de la ciudad, y que hace falta para mejorarla. Esto sirve para que el gobernador pueda tomar decisiones importantes.

Más información proviene directamente de un panel de asesores, con quienes el jugador puede consultar, ofreciéndole recomendaciones específicas para mejorar la ciudad. Además, ellos también le proporcionan advertencias si algo está fuera de servicio y requiere de su atención. Mientras que, los asesores también cuentan con medios para controlar varios aspectos del juego tales como el consumo de recursos, la apertura de rutas comerciales, el seguimiento de los favores con el mismísimo emperador, la asignación de mano de obra y la tributación de suma importancia.

Aquí también es posible mantenerse al tanto de cuán bien el jugador está logrando los objetivos requeridos para la ciudad, así como encontrar diversas pistas y consejos sobre la forma más adecuada de mover todo en la dirección correcta. Pero, a pesar de que la animación es bastante simplista, la asistencia informativa es algo realmente indispensable. Además, el panel del asesor es parte de una interfaz de usuario bien considerada, la cual le da al jugador acceso rápido a todas las funciones requeridas para construir la ciudad.

En vista de ello, dicha interfaz se ha convertido en un elemento distintivo de la serie Caesar, y esta versión del juego ofrece varias mejoras sobre las anteriores. Para nombrar una, Caesar III tenía una vista giratoria de cuatro posiciones de la ciudad. Por lo que, no importaba mucho en qué dirección se mirara, pues todos los edificios se veían exactamente iguales. En esta nueva entrega de la serie, el jugador obtiene una vista completa de 360 ​​grados de todas las estructuras; de frente, espalda y lados.

Las superposiciones se pueden activar y desactivar en cualquier momento. Además, cada una de ellas muestra las características específicas de la ciudad. Tales como áreas de alto riesgo, el alcance de nuestro sistema de agua y las áreas peligrosamente próximas al colapso, debido a la escasez de ingenieros de construcción, lo cual representa una función históricamente precisa. Mientras que, las muchas estructuras se seleccionan mediante un conjunto de menús desplegables con tan solo un clic de ratón, tal y como solía ocurrir en versiones anteriores, solo que ahora hay muchas más opciones entre las que elegir.

Todas las cosas que se deseaban en una versión más moderna de Caesar III se han proporcionado en la cuarta entrega de la serie. Por ejemplo, la agricultura ahora es más variada y esta tiene una apariencia mucho más realista. Mientras que, los ciudadanos eran bastante grandes en comparación con las estructuras presentes en versiones anteriores del juego, y eso también ha cambiado para nuestra satisfacción. La vista circular completa de los edificios le da a la ciudad un aspecto diferente según el ángulo de observación.

Por lo que, esta particular característica se ha agregado al juego con notable éxito, dando al mismo un aspecto que recuerda a una pintura al óleo diseñada en tres dimensiones. Aparte de que, se ha prescindido de la necesidad de tener áreas habitables muy cerca de las zonas de trabajo, lo que facilita el diseño de una ciudad con el aspecto real de un centro urbano de la antigua Roma.

Por otro lado, el tiempo de retraso cuando el juego se encuentra en pausa al momento en que algo se borra intencionalmente del mapa y desaparece, fue algo que nos molestó bastante en Caesar III. Afortunadamente, esto se ha cambiado a un resultado inmediato permitiendo una construcción mucho más rápida en el Modo de Pausa. Por último, la variedad de productos que se pueden producir se ha incrementado a una cantidad más realista, la cual va más allá del puñado ofrecido por su predecesor. Esto hace que el juego sea un poco más complicado pero, al mismo tiempo, es menos simplista y se agrega una capa de realidad para hacer que el desafío sea más palpable.

Pero, a pesar de que el aspecto económico del juego se implementa muy bien, el componente militar no lo hace. Por lo que, las unidades militares de campo requieren el mismo tipo de línea de suministro que se necesitaría para llevar nuestros productos al mercado. Esto quiere decir que se requieren instalaciones de reclutamiento, comedores y fortalezas en las que podamos apostar a las tropas. Hasta ahora todo va bien, pero el proceso pierde su diversión cuando debemos usar a nuestro ejército.

En ocasiones, el juego arrojará bandas de bárbaros merodeadores a la ciudad que se entretendrán matando a nuestros pobres ciudadanos e intentarán quemar las cosas. De modo que, para poder detenerlos, debemos enviar escuadrones militares desde los fuertes y luego hacer clic en los bárbaros para enfrentarlos con ellos. Pero, dado que nuestras fuerzas armadas pueden confundirse un poco por el diseño de las calles, generalmente necesitaremos guiarlas antes de que podamos dar la orden de ataque final. Aunque, una vez que la batalla finalmente se lleve a cabo, no hay nada que podamos hacer, más que mirar mientras las tropas luchan y el bando con más soldados gana.

Todo esto es muy tedioso y poco emocionante. Por lo que, el juego bien pudo haber sido mejor, ya sea al abstraer el combate en su totalidad o simplemente desechando todos los aspectos militares que hay en su interior. Mientras que, otro aspecto del juego que en verdad no funciona bien es el componente religioso, ya que nuestros ciudadanos querrán tener acceso a varios santuarios y templos. De modo que, proporcionarlos ayudará a que las estructuras evolucionen. Todo ello está muy bien desde luego, pero el problema es que si no tenemos suficientes santuarios sufriremos de algo más que estructuras que no evolucionan y gente infeliz.

Los dioses mismos se enfadarán si no contamos con las suficientes estructuras religiosas en la ciudad, y es posible que recibamos algunos relámpagos del cielo que destruirán algunos de los edificios. Esto viene como una molestia ridícula en el juego. Por lo que, se debe adoptar el enfoque de que los dioses romanos existían en realidad e integrar completamente la mitología en el juego. O bien, prescindir de la noción por completo y tratar las estructuras religiosas como el mismo tipo de placebo para las masas, tales como los teatros.

En general, esta nueva versión de un juego maravilloso lo ha hecho más agradable, más relajante y mucho más desafiante sin la necesidad de que se agreguen dificultades arbitrariamente innecesarias. Para nosotros, se ha hecho que una de nuestras formas favoritas de pasar unas horas sea aún más entretenida y agradable, especialmente en el sentido estético. Aparte de que, las características probadas y verdaderas del juego tradicional se han mantenido fielmente y se han agregado una serie de mejoras funcionales.

Apartado Gráfico

Ahora bien, en lo que respecta a los gráficos de este juego, Caesar IV presenta algunos elementos visuales impresionantemente muy detallados para contemplar, suponiendo que estemos jugando en la configuración gráfica más alta. Por desgracia, funcionará en ella solo si el juego se está ejecutando en un sistema bastante avanzado. Pero, aún así el título aún se ve razonablemente bueno en las configuraciones media y baja.

Además, las animaciones de personajes parecen ser bastante limitadas en conjunto, y muchos de los trabajadores tienen una única animación que se repite de forma continua. Aunque, lo cierto es que la gran mayoría de los usuarios no observará a sus trabajadores individuales con tal escrutinio, ya que estarán más preocupados con la ciudad en general.

Lo anterior, representa una molestia gráfica menor. Mientras que, las legiones romanas y las unidades militares son completamente transitables, pero no resisten a los legionarios presentes en Rome: Total War. Además, el juego funciona sin problemas en su mayor parte, con solo algunos problemas menores, tales como errores en la interfaz de usuario cuando se intenta rotar la ubicación del edificio con la tecla «Ctrl«.

Ya por último, y en lo concerniente al apartado sonoro, el audio de Caesar IV tiende a ser bastante mezclado a nivel de calidad. Por lo que, las voces de las diversas personas presentes en nuestra ciudad son generalmente muy livianas y cómicas, siendo bastante molestas en algunas oportunidades. Además, ninguna de las funciones de voz parece estar muy bien hecha, pero al mismo tiempo, esto no hace que deseemos desactivar el sonido del juego. Aparte de que, la banda sonora es muy buena y crea un ambiente bastante agradable para el título, pero los efectos de sonido a nivel general son bastante aburridos y mediocres en comparación con lo de otros lanzamiento del mismo género.

 

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